lunes, 30 de mayo de 2011

Maldito seas


Maldito seas, maldito, que te prendaste de un pecho que no te correspondía, de una risa que no era tuya, de una vida que aún florecía...
Con unos días de aviso, sólo unos días de aviso, cabrón, malnacido, le entregaste a la muerte, esa vieja amiga tuya, esa enamorada de sonrisas jóvenes, de pechos vigorosos, de almas vivas... Y ahora me toca escuchar "así es la vida" con el pecho congelado, con el alma herida, con una ponzoña que no cesa, ni con abrazos, ni con lágrimas, ni con los días...
Maldito seas, maldito...

Estoy aquí


Estoy aquí, sigo respirando, amando, disfrutando... También llorando, angustiándome, cayéndome, volviéndome a levantar, estoy aquí y pronto muy pronto regresaré, acompañada de mi compañero en la vida, de mis tortugas, de mi familia, de mis amigos, de mis fantasmas y de mis muertos... Y no más importantes pero si imprenscindibles en mí, mis anhelos, mis manías, mis costumbres, mis miedos y mis alegrías. ¡Besitos para todos!